Artesanía típica local
Las muestras de artesanía a lo largo del territorio nacional se ven generalmente fuertemente influenciadas por un mestizaje de la cultura indígena de nuestros antepasados y aquellos aspectos más contemporáneos y propios de la cultura chilena. Son varias las localidades y pueblos que han sabido sacarle provecho a sus tradiciones relacionadas a la artesanía y que hoy en día son reconocidos incluso a nivel internacional por sus productos y técnicas unicas.
En esta nota te queremos presentar algunos de los poblados conocidos por sus quehaceres artesanales:
Chapilca: Ubicado en la Región de Coquimbo, el poblado de Chapilca se ha hecho conocido por el laborioso trabajo de sus tejedoras. Son más de 100 años de experiencia los que han permitido el desarrollo de tejidos y textiles hechos en base a lana de ovejas. Las artesanas se dedican no solo a realizar el tejido en grandes telares a pedales, sino que también a la crianza de los animales, la extracción de la lana, el hilado y el teñido con tintes naturales. Dentro de los productos que pueden ser adquiridos son alfombras, bajadas de camas, bolsos, alforjas, ponchos, entre otros.
Combarbalá: Esta localidad nortina se ha visto beneficiada por una de nuestras piedras nacionales, la Combarbalita. Esta roca semipreciosa es producida por la alteración de materiales de origen volcánico hace más de ochenta millones de años. Desde tiempos precolombinos que esta piedra es utilizada para realizar artesanías, inicialmente por el pueblo Diaguita, y actualmente por talladores que crean pequeñas figuras, joyas, juegos de loza, lavaderos y hasta grandes esculturas.
Pomaire: Es uno de los pueblos artesanos más reconocidos del país, destacando por su detallado y dedicado trabajo en greda. Una cerámica de color rojizo, lisa y brillante, que llama la atención de visitantes nacionales y extranjeros. Dentro de los productos que se pueden encontrar destacan los platos, vasijas, fuentes, pailas y pequeñas y las típicas grandes alcancías con forma de chancho.
Talagante: Son seis las generaciones de artesanos las que han hecho de la tradición en loza policromada un arte digno de admirar a nivel internacional. En cerámica se reproducen escenas y tradiciones del mundo campesino, demás de su flora y su fauna. Una actividad que se remonta a épocas de la colonia con influencias de las monjas Claras, hoy en día han trascendido las fronteras con sus pequeños personajes y coloridas creaciones.
Chimbarongo: Esta localidad conocida por su trabajos en mimbres, comenzó hace más de un siglo una tradición basada en la vida campesina de Chimbarongo. Desde canastos, cestos y chupallas de este material, hasta muebles hechos exclusivamente de mimbre, como lámparas, mesas, sillas y hasta juegos de sillones de gran tamaño; es lo que podemos encontrar en este poblado ubicado en la Región de O’Higgins.
Rari: Esta pequeña aldea ubicada en la provincia de Linares ha alcanzado gran popularidad por su particular artesanía en crín, la cual consiste en trabajar con pelo de caballo teñido o natural. Para crear estos particulares objetos, como sombreros, canastos o accesorios personales, los artesanos entrelazan a mano el crin y el ixtle, producto mexicano que provee firmeza y estabilidad a las creaciones. Hoy en día estos productos han encontrado un mercado en países europeos, donde se ha destacado el detalle del trabajo y los coloridos diseños.
Quinchamalí: Este poblado ha sabido desarrollar y destacarse por sus creaciones en gredas, que se diferencian por su particular color negro y detalles en forma de flores o patrones geométricos de color blanco. El particular tono de estas piezas se debe a que son cocidas sobre guano, el cual emite un humo de color negro que tiñe las gredas. Es posible encontrar jarrones, platos, y objetos decorativos como las tradicionales guitarreras. Una tradición cuyos orígenes se remontan a los pueblos indígenas que habitaron en la Región del Bío Bío.