Chiloé se caracteriza por su inconfundible potencial cultural, el que se puede notar apenas pisas la Isla Grande cuando te bajas del transbordador que cruza el canal de Chacao. Este rectángulo de 250 km. de longitud y 50 de ancho, que está rodeado por más de 30 islas, tiene ofertas turísticas que son irresistibles y es imperante el recorrido de las 3 grandes ciudades de la zona: Ancud, Castro y Quellón.
Pero más allá de este rectángulo de tierra, hay terrones esparcidos por el mar esperando por ser conocidos, escondiendo tesoros y bellezas naturales, mitología y misticismo, tan característicos de la zona, pero con un toque familiar y cercano, ¿te embarcarías en esta aventura marítima? Toma una carta náutica, súbete a un transbordador y arma un viaje original conociendo las islas que rodean Chiloé.
Lemuy: Desde Castro se puede tomar un transbordador para acceder a la isla, cuya principal atracción es la lengua de tierra que tiene a un costado, que se transforma en un mirador natural hacia otras islas y da la sensación como si flotaras en el mar. Sus playas son largas y de arena fina, que se combinan con pequeñas montañas que se levantan, dándole un toque salvaje y sureño, con actividades como paseos en lancha a islas aledañas. Los principales alojamientos se encuentran en los bosques centrales del lugar, donde hay distintas actividades de senderismo, caminatas, e incluso un puente colgante en medio de esta selva valdiviana, un recorrido entretenido que puedes hacer en un día o dos.
Caucahué: Este pequeño terrón de tierra, cuyo nombre significa “lugar de gaviotas grandes”, te sorprenderá con sus aguas de un azul intenso y bosques, que convergen en las playas para darle una agradable sensación de relajo a la zona. Se puede llegar a esta isla ubicada frente al poblado de Quemchi en lancha y recorrerla en algunas horas de navegación. Los principales lugares que podrás conocer son Punta Morros Lobos, donde hay avistamientos de aves silvestres, Punta Pinquen, Queler, Estero de Tubildad y Punta Pescuezo, donde hay grandes arenales de arena fina y una piscina de agua natural, que se forma al subir la marea. Otra característica atractiva de la zona es la Iglesia Jesús de Nazareno, que es Patrimonio de la Humanidad en Adachildo, Comuna de Puqueldón. Todas estas características hacen de la isla un pequeño punto paradisíaco donde puedes venir a estar en un contacto cercano con la naturaleza.
Butachauque: Es la mayor de las Islas Chauques, específicamente en el extremo oriental del grupo. Esta isla se caracteriza por la belleza de sus atardeceres, dicen los lugareños, ya que sus costas planas permiten ver desde arriba de los cerros, una vista panorámica del agua y los campos del lugar. Mientras hay marea alta, algunos lugares son cubiertos por el agua, dejando rastros momentáneos de tierra por el mar, formando así una vista excepcional desde sus cerros. Al ser pequeña, tiene un ambiente familiar que recibe a los turistas, con comida típica de la zona y con muchas leyendas e historias del lugar, ya que por los canales de agua que rodean la isla, es de donde proviene la historia del mítico Caleuche y por sus islotes dicen, los brujos cobran vida en las noches.
Mechuque: Uno de sus principales atractivos es el pintoresco pueblo que tiene en su centro, que está dividido por un canal de agua de mar que entra hasta la civilización y para cruzarlo los peatones usan un llamativo puente rojo con un aire oriental, el que es el orgullo de la zona. La mayoría de las casas están construidas sobre los tradicionales palafitos del archipiélago, lo que le da un valor agregado a la línea rústica del paisaje. Sus 3 principales calles son tan angostas que no caben autos y los lugareños miran incómodos a la única camioneta del lugar. Si en tu viaje buscas tranquilidad y relajo, esta isla es perfecta para un par de días de descanso en esta ruta marítima que planeas.
Quenac: Le dicen el corazón de la Tierra por su ubicación en el Archipiélago de Chiloé, pertenece a la comuna de Quinchao en la Región de Los Lagos y su nombre tiene origen en la cultura de los Chonos, significa “lugar desprotegido de los vientos”. Es un lugar interesante por su fuerte misticismo, que nace a partir de las historias que cuentan en la zona sobre sucesos mágicos que ocurren en distintas locaciones de la isla. Los puntos turísticos más importantes son: Playa Abuyán, Piedra Blanca, donde los lugareños dicen haber visto a la Virgen María sobre esta piedra en la orilla del mar y aseguran que su pie aún está marcado en ella y la Laguna Dallín, que está formada por los llantos de una joven del lugar. Quenac está llena de secretos y misterio, como también de historia y cultura para conocer y al mismo tiempo, estar en contacto con cercano con la naturaleza del lugar que se caracteriza por extensas planicies de pasto, que se juntan en el horizonte con el azul de mar.
Tranqui: Es una de las islas más grandes del archipiélago, su principal atractivo son los bosques casi inmaculados que posee en su interior con distintos tipos de flora de la zona y sus grandes playas de arena gris. Hay distintas opciones de alojamiento y en el lado norte de la isla, hay ofertas de Camping para disfrutar una aventura más Outdoor. Los lugares para visitar son la Caleta Alqui, donde la capilla del lugar tiene un encanto singular por la arquitectura tradicional, pintoresca y llamativa, Caleta Larraín y Leutepu, de donde, si se tiene suerte por las variaciones climáticas, se puede apreciar una vista al Volcán Corcovado y a muchas de las otras islas que se encuentran cerca.
Quinchao: A 25 km. Al norte de Castro en la costa, en Dalcahue, zarpa un transbordador que por 4000 pesos ida y vuelta, y en 5 minutos, lleva a turistas a la Isla de Quinchao. Esta entre las islas más grandes del archipiélago y en este caso, se trata de una visita más histórica y cultural, ya que el imperdible de la isla es un pintoresco pueblo que data del año 1660: Curaco de Veléz. La arquitectura del pueblo llama la atención por las singulares tejuelas de las casas de Alerce y Ciprés y los balcones con diseños atractivos. Toda la esencia del lugar se aprecia de mejor manera en las calles Las Ánimas y Galvarino Riveros, con antiguas casonas, donde la isla toma una mística por la historia del lugar, que hace cientos de años atrás fue hogar de balleneros y madereros. Otra actividad para hacer en este destino marítimo, es visitar las extensas ondas de sus playas y si eres fanático de comer mariscos lo más frescos que puedan estar, debes darte una vuelta por el Restaurante de Curaco “Los Troncos” en la costa, donde podrás degustar de ostras crudas con limón, recién salidas del mar. Un panorama interesante podrías encontrar si cruzas en auto hacia la isla, ya que puedes seguir desde Curaco por carretera hasta Achao, donde hay una caletera con gran variedad de productos del mar, licores y comida típica, y además con diferentes tipos de artesanía. Finalmente, para coronar el recorrido, es justo y precito visitar la Plaza de Achao, porque en uno de sus costados se encuentra la Iglesia Santa María de Loreto y dicen que es una de las iglesias más atractivas de Chiloé. Si buscas actividades más deportivas, existen diferentes Camping a lo largo del año y se ofrecen paseos en lancha a algunas islas aledañas con más tesoros naturales, como avistamientos de aves, lo que hace esta parada perfecta para disfrutarla en 2 o 3 días.
Aucar: En las aguas norteñas del archipiélago, está localizada “La Isla de las Almas Navegantes”, nombre atribuido por un escritor chilote, Francisco Coloane, porque debido a los descensos y aumentos de marea, la isla se conecta y desconecta de tierra firme, pareciendo un barco listo para zarpar. Pero esto no es lo más importante, para evitar los inconvenientes de la marea, se construyó un puente de 500 metros de longitud y 2 metros de ancho, que conecta a la porción de mar con Quemchi, la comunidad costera de la isla grande. Este puente hace que la vista parezca de película, y más aún cuando cruzas el puente y te encuentras con una alameda que conduce a una iglesia. El lugar cuenta con un jardín botánico que tiene todas las flores y árboles nativos de Chiloé. Para qué hablar de la playa, que tiene toques verdosos y permite un contacto cercano con cisnes de cuellos negro. Todas son las excusas perfectas para pasar una tarde en este místico lugar.
San Pedro: Esta parada en especial, es distinta a las demás y es porque tiene algo único: su potencial destino de ecoturismo por las posibilidades de tener avistamientos de ballenas azules y pingüinos, la laguna que se encuentra en su interior es igualmente alucinante. Esta locación es parte de la comuna de Quellón, ubicada frente a la orilla sur-oriental de la isla grande y cuenta con una población escasísima, lo que puede hacer de esta escapada algo muy íntimo y romántico, en medios de los bosques de Selva Valdiviana, para disfrutar por un día y una noche.
Metalqui: Atracción principal: Fauna. Hace años que una colonia de lobos marinos habita en los bordes costeros del islote, lugar que además tiene una perfecta vista con la combinación de fauna junto a distintas especies de aves. Forma parte del Parque nacional Chiloé y es uno de los destinos más turísticos del archipiélago, ya que según la Conaf, es una de las loberas más grandes a nivel nacional con más de 20.000 ejemplares de lobos marinos.
Fuente: www.chileestuyo.cl