La historia del Carménère en Chile
Lejos de la cosmopolita y vibrante ciudad de Santiago, crece un tipo de uva muy especial. Casi exterminada por insectos y luego olvidada, el Carménère revivió a más de 10.000 km de su tierra natal y hoy es el vino chileno más renombrado a nivel mundial… ¿Pero cómo pasó esto?
En el siglo XIX, la epidemia de filoxera casi eliminó todos los viñedos de Francia, forzando a los enólogos franceses a comenzar de nuevo con sus plantaciones de Malbec, Merlot, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc y Carménère. Sus esfuerzos rindieron fruto y la gran mayoría de las cepas lograron resurgir, pero el Carménère no pudo adaptarse a los fríos primaverales y tempranas lluvias del otoño de Burdeos y se extinguió.
Más de cien años pasaron y el Carménère revivió en la zona Central de Chile. ¿Cómo? Una década antes de que la plaga de filoxera afectara a Francia, unas pocas cepas de Carménère se sumaron a los enólogos europeos que emigraron a Chile en los alrededores de 1850. Sin embargo, esta cepa sobreviviente fue sembrada junto a plantaciones de Merlot y Cabernet y durante años el Carménère fue vendido como estas dos variedades.
No fue hasta 1991 que el ampelógrafo francés Claude Vallat indicó que un tipo de Merlot producido en Chile no era para nada Merlot, pero no pudo identificar de qué cepa se trataba. Dos años después, Jean Michel Boursiquot, discípulo de Vallat, finalmente concluyó que la extraña planta en cuestión era Carménère, ¡una cepa que se creyó extinta durante un siglo!
El resto es historia. Los enólogos chilenos comenzaron a producirlo y el Carménère se convirtió en un vino de renombre mundial, ganando premios en Asia, Australia y los Estados Unidos. Si quieres probar a esta cepa luchadora, definitivamente debes visitar las rutas del vino de los valles centrales de Chile. ¡Una experiencia que no olvidarás!