Desde octubre, Carmen Vargas y su marido preparan su puesto de trabajo para sumarse a una de las costumbres más lindas y en camino a su reconocimiento nacional: la Ruta de Sal. Este año, este camino tendrá novedades, ya que se inauguró un nuevo tramo que une Cahuil-Barrancas, en la Región de O’Higgins.
Tal como lo vive Carmen, son muchos los trabajadores artesanales que se suman a esta nueva ruta, que ofrece más de 5 kilómetros nuevos, con circuitos de caminos básicos para potenciar la actividad turística y comercial de la zona. Estas nuevas instalaciones entregan a los emprendedores de la localidad grandes beneficios, no sólo para su labor y promoción de sus productos, sino que también contribuyen a que los turistas disfruten de una visita más completa, donde podrán disfrutar de los destinos y comprar productos de la zona.
Que estos anuncios sean publicados en medios masivos y se compartan en redes sociales son la clave para que esta ruta sea conocida y crezca en el tiempo, explica Carmen. Pero, ¿cómo se produce esta sal?. “No es sólo con dejar que el agua salada del mar haga lo suyo… No es así, ni es tan sencillo. Es por eso que todos los turistas se sorprenden y regresan” explica Carmen Vargas.
Según nos cuenta la señora Vargas, este proceso toma por lo menos tres meses antes de venderse. “Parte en octubre del año anterior, con la limpieza de cada una de las herramientas que se utilizan. El salinero comienza su trabajo utilizando cuadros (más conocido como cuartel), que contienen agua; y luego de 30 días a esa agua se le saca la sal. Y ojo, que tienen que ser días soleados y con viento, para producir mayor cantidad. La producción y venta es entre los meses de diciembre y marzo de cada año”, explica.
Otro de los datos que más sorprende a los turistas, es que al trabajar directamente con sal, es fácil creer que daña la piel, pero es lo opuesto. “Nos preguntan si tenemos los pies agrietados o las manos ásperas, pero es todo lo contrario, porque es un producto natural”, cuenta entre risas la emprendedora.
Después de 30 minutos en auto desde Pichilemu, llegas a Cahuil y Barrancas. Pero no son las únicas localidades que ofrecen este tipo de sal en la región. También hay puestos en Ciruelos, La Villa, Los Bronces y Pañul.